Saliendo un poco de la constante con que he mantenido este blog, les dejo el "Manifiesto Pedagógico" para su análisis y comentarios.
Con
la intención de transformar la práctica educativa derribando los últimos
vestigios de la educación tradicional; apostando a la diversidad como
liberación de las potencialidades del pensamiento[1]: es necesario abrir salidas
tangenciales –alternas– a las propuestas institucionales de Reformas Curriculares
basadas en “competencias”, considerando que éstas no hacen más que
funcionalizar los procesos de la institucionalidad dominante.
Desde un enfoque educativo,
se entiende a las competencias como la capacidad del docente para realizar un
conjunto de acciones ante una situación específica, en la que se movilizan
diversos recursos internos (cognitivos, metacognitivos, disposicionales,
atributos físicos) y externos (materiales, sociales, simbólicos: tales como
lenguajes y códigos) con el fin de solucionar un problema (Perrenoud, 2004)…[2]
Por
lo general, la educación por competencias siempre gira en la periferia del
potencial epistemológico del sujeto.
El
conocimiento periférico es el conocimiento que funcionaliza los procesos
filosóficos, científicos, tecnológicos, sociales, históricos, económicos y
políticos de la sociedad. Es decir, el conocimiento periférico, contenido en
los currícula, funcionaliza las instituciones del modelo socio-político-económico
del Estado.
Si el conocimiento
periférico está contenido en los currícula, y siendo éstos la expresión de la
ideología y las instituciones dominantes, entonces su función también es la
sustentación de cuadros que dan mantenimiento y eficientizan tanto los modos de
producción como la estructura del sistema político.[3]
La
propuesta alterna debe tener como referencia y fundamentación a la filosofía, los
planteamientos pedagógicos innovadores y los movimientos que están transformando
las sociedades y cambiando la visión del mundo.
(…) superar la acción
docente restrictiva, es decir, negar la acción negativa del docente con
acciones no negativas; negar las acciones reactivas con acciones no
reaccionarias; en otras palabras, proponer la apertura del pensamiento a las
posibilidades de fuga por la tangente del círculo.[4]
Las propuestas alternas, además, deben
abrir los procesos formativos a todas las posibilidades de conexión de ideas en
espacios institucionales, bajo condicionamientos de libertad y respeto a las
expresiones de los estudiantes; refundando la utopía del hombre en plenitud.
El espacio para la
refundación de la utopía del hombre en plenitud puede seguir ubicándose en los
espacios institucionales, a partir de su reconfiguración, para tener múltiples
entradas y líneas de fuga en vez de reducirlas; entonces, el hombre en plenitud
debe ser abarcable en su territorio; la plenitud se refiere a la libertad de elección y, también, a su existencia en el ambiente natural que le
es propicio.[5]
Asimismo,
sin negar la posibilidad de una educación eficiente por competencias; las
propuestas alternas, además de la formación de cuadros funcionales, deben aspirar
a detonar el potencial epistémico en el ámbito de las instituciones educativas
y sus contextos comunitarios.
La
inabarcabilidad del conocimiento humano genera que las comunidades de
especialistas adecuen el currículum –filosofía, artes, ciencias, tecnología,
lingüística…– a las necesidades sociales.
Es
necesario reivindicar las utopías, fines
de la Educación, en el marco mundial de movilizaciones masivas y revueltas,
como las ocurridas recientemente en los EEUU y en los países árabes (Argelia,
Túnez, Libia, Egipto, Jordania, Siria, Israel...), lo mismo que en los países
europeos occidentales (Grecia, Italia, Inglaterra, Francia, España...). Tales
movimientos permiten vislumbrar una especie de revolución mundial; revueltas
generalizadas en los cinco continentes, como expresión del desempleo, del
incremento de la pobreza y de la falta de oportunidades de estudio para
jóvenes, exacerbándose estos fenómenos en las minorías inmigrantes.
Un fantasma recorre el mundo: “el movimiento del 99%
nadie lo va parar”.
Estas
movilizaciones se han autodenominado de “indignados” y su principal argumento
es: “somos el 99% de la población mientras que el poder y la riqueza se han
concentrado en el 1%.”
Es decir que, ante la crisis global y,
particularmente, ante el derrumbe de los modelos políticos y económicos
dominantes, es menester hacer un recuento histórico y teleológico de la
educación para tratar de entender cómo, desde la fundación de la escuela, ha
existido una intencionalidad política de dominación que se implanta en los
sujetos a través del currículum y determina su forma de participación social y
de ser ciudadano.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Amós
Comenio (1592-1670)
planteaba centrar la educación en el niño; la idea del maestro experto se
desplazó a la fundación de la escuela.
La
educación tenía el propósito de consolidar el proyecto de una nación alemana,
instruyendo a hombres, mujeres y niños en la religión protestante, como
resultado de la Reforma Luterana.
Asimismo, en Francia, Jean Jacques Rousseau (1712-1778), casi
un siglo después reconoce la necesidad de la educación; sin embargo, desconfía
del pensamiento relativo al racionalismo, no
se trata de saberlo todo sino solamente lo
útil , y plantea la preminencia de prácticas educativas cruentas y
tradicionales en esos tiempos y condiciones de sojuzgamiento monárquico.
La Revolución Francesa
(1789) funda con la
República, el paradigma del Estado moderno y del hombre occidental; cancela el
sistema monárquico y la predominancia de las Iglesias católica y protestante.
La
utopía del hombre, resultante de la Revolución Francesa, permanece inasible por
las relaciones de dominación que se instauraron con el Estado Moderno. “Ninguna voluntad, por sí misma, puede
pretender ser legítima. No existe razón alguna para que deposite mi destino en
manos ajenas, sea un dios, un príncipe o un pueblo.” [6]
Sin
embargo, paradójicamente, la educación fue el medio más eficiente para fundar el
estado moderno; la utopía del hombre moderno fue confiscada por la nuevas
clases sociales detentadoras del poder económico y político; el hombre
humanista, libre de palabra y pensamiento, hasta hoy, sigue en espera de ser
reivindicado por la educación.
En
España Francisco Ferrer I Guardia (1901)
comprendió la confiscación del ideal humano de libertad de elección por el
Estado Moderno.
Concretada la separación
Iglesia-Estado, el gobierno francés, anima la creación de la enseñanza primaria
gratuita, obligatoria y laica. Ferrer[7]
admira el cambio producido y la libertad en cuanto a materia religiosa; pero
pronto, al ver la evolución de la enseñanza pública francesa, su fascinación se
torna en desanimo; comprueba que los antiguos vicios educativos no han sido
erradicados sino tan sólo sustituidos; dios es remplazado por el Estado, la
virtud cristiana por el deber cívico, la religión por el patriotismo; la
sumisión y la obediencia al rey, al aristócrata y al clero por el acatamiento
al funcionario, al propietario y al patrón…[8]
Parafraseando
al catalán Francisco Ferrer I Guardia:
No
debe haber sumisión al Estado en tanto que son seres humanos quienes los
constituyen –poderes legislativo, judicial y ejecutivo–, falibles y
susceptibles de incurrir en actos criminales de sangre y corrupción contra las
comunidades.
El
Estado como “ideología con aparato de coerción” (Gramsci) debe pasar a ser:
El Estado como “diversidad burocrática
al servicio de las comunidades”
La Educación con
libertad de elección para el 100%
El aula debe
resignificarse como espacio vital, de encuentro, de libertad, sin puertas.
Debemos
recuperar la libertad de salir a respirar y sentir la vitalidad de la
naturaleza después de permanecer en las prisiones del racionalismo; en las
prisiones de la prohibición bajo la vigilancia del ojo descomunal.
Debe
desaparecer el aula tradicionalista:
-como contenedora
de las pulsiones naturales de la vida
-como límite
físico y psicológico
-como límite
de la potencialidad
-como
generadora de estrés
-como
espacio de negación
-como fuente
de neurosis.
El aula debe
ser atravesada por haces de luces en todos los sentidos; ahí, la concurrencia
de la comunidad escolar será aparentemente arbitraria, los alumnos estarán
aprendiendo y explorando la información; lo menos importante en este espacio
será “el orden”; todos los gestos y las acciones de los actores del proceso
educativo llevarán el sello de la vida.
Las
gradaciones de los aprendizajes estarían en permanente caos y ordenamiento.
El hombre en plenitud –la utopía– puede ser
abarcable desde la comunidad donde se genera; el hombre en plenitud es potencia
comunitaria.
El hombre metafísico deja su lugar al hombre
comunitario, al hombre rizomático.
La refundación del hombre en plenitud –la utopía–, regresa al
hombre a su territorio original; ya puede ser abarcable; la gente lo
identifica; el hombre metafísico ha muerto; el hombre devenido en dominación y
desconcierto ha muerto; la utopía del hombre en plenitud rencarna en el hombre
comunitario.
Asimismo, el
hombre es la naturaleza en tanto que ésta es su única posibilidad de
sobrevivencia; asimismo, la naturaleza es potencialidad humana.
El
movimiento del 99% está transformado las sociedades y cambiando la visión del
mundo, la educación al servicio del Estado metafísico es obsoleta; la educación
tiene que reivindicar al hombre nuevo, libre de palabra y pensamiento; al
hombre virtuoso, comunitario.
La
educación tiene que corresponder a las expectativas del movimiento del 99% para
que el 100% tenga libertad de elección en todos los ámbitos de su existencia.
Juan
Nelson Enríquez Rosado
Agrupamiento
Académico de la
Esc Nor. Urb.
Fed. del Istmo
Revisó:
Ernesto David Enríquez Garcia
[1] Enríquez Rosado, Juan Nelson en: “El
Rizoma y el Conocimiento Nuclear en la Educación” inédito, 2011, Origen
simbiótico del arte, la poesía y la filosofía,
p. 13
[2] Reforma Curricular de la Escuela
Normal, Documento base para la consulta nacional, Julio 2011, p. 14
[3] Enríquez Rosado, Juan Nelson en: “El
Rizoma y el Conocimiento Nuclear en la Educación” inédito, 2011, El
conocimiento Periférico, p. 49
[6] Condorcet,
Marie Jean Antoine Nicolai Caritat (1743-1794) marqués de, en: Cinco memorias
sobre la instrucción pública (Cinq mémoires sur l´instruction publique),
presentación, notas, bibliografía y cronología de Charles Coutel y Catherine
Kintzler, París, Flammarion, 1996, pp 11-14, 20-32, 109-180 (Cinco memorias…
fue publicado originalmente en 1791).
[7] Francisco Ferrer I
Guardia, Catalán, fundó la Escuela Moderna en 1901 y fue ejecutado injustamente
por las fuerzas castrenses y católicas de España el 13 de Octubre de 1909.
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