20-02-2012
Las imposiciones no funcionan. A lo largo de la
historia de la humanidad, si se revisa, se encontrará que mientras existiera
consenso entre la población y los gobernantes, la vida comunitaria avanzaba con
cierta paz y armonía y los inconformes opositores al poder dialogaban para llegar
a acuerdos.
Sin embargo, donde se ejercen imposiciones
contra la voluntad de la mayoría, es donde encontraremos mayores voces de
inconformidad y poca posibilidad de diálogo, habrá subordinación y si los
líderes se comportan irresponsablemente, seguramente se encontrarán
antecedentes de enfrentamientos armados con derramamiento de sangre.
En la última década en México, los magistrados
que integran el TEPJF (Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación) han tomado decisiones que
han alterado el ambiente político y social en muchos estados, provocando
estragos económicos y sociales para muchas regiones del país.
En aparente acuerdo con los llamados “poderes
fácticos”, el mejor conocido como “TRIFE” ha decidido el resultado de las
elecciones en varios estados del país y de la nación misma, decisiones de las
que hoy podemos ver las consecuencias.
La primera decisión controversial la tomaron
los magistrados actuales en las elecciones de 2004 a favor de Ulises Ruiz en Oaxaca, de Fidel Herrera en Veracruz y de Jorge Hank Rhon en el municipio de Tijuana.
Así, los dos primeros se volvieron gobernadores y el tercero presidente
municipal.
Ninguno de los tres terminó bien. Ulises Ruiz sigue librando acusaciones
por doquier porque mientras estuvo como gobernador violó derechos humanos,
encarceló injustamente, persiguió a actores políticos opositores, y se dice que
incluso ordenó el asesinato de líderes políticos. En el 2010, la indignación
contra URO permitió que llegara Gabino Cué al gobierno, por amplia mayoría, con
consenso.
Con Fidel
Herrera pasó algo similar, intervino en las elecciones municipales y de
gobernador con todo el peso y recursos del Estado en 2007 y 2010, permitió la
entrada de los Zetas a esta entidad que ahora se encuentra entre las más
violentas del país.
Y de Carlos
Hank Rhon ni hablar, se le ha acusado de traficar con animales en vías de extinción,
exóticos, además de la última acusación como resultado del hallazgo de 88 armas
de fuego entre largas y cortas y más de 9 mil cartuchos en su propiedad, en su
casa, en donde vive.
No hace falta decir que los tres personajes
ratificados por el Trife, después de unas elecciones que dejaron mucho que desear
y en donde sin duda hubo compra y coerción del voto, son priístas, leales a @EPN.
La segunda decisión controversial de dicho
Tribunal, integrado por los mismos magistrados, fue la validación de las
elecciones del 2006, dando la presidencia de la República a Felipe Calderón. De
esta decisión sobra decir el contexto. Lo único verdadero, es que el resultado
es un país polarizado, manchado con la
sangre de más de 60 mil muertos vinculados a la guerra contra el narcotráfico,
con mayores índices de pobreza y desempleo que los que se registraban antes de
su mandato, y subordinado más que nunca a los intereses de Estados Unidos; como
dijeron en su momento, un peligro para
México.
La tercera decisión de este Tribunal colegiado
fue en el 2008, año en el que el PRD
renovó sus órganos directivos a través de votaciones abiertas a su militancia.
Los candidatos fueron Alejandro Encinas
y Jesús Ortega. La elección terminó siendo lo que las anteriores
mencionadas, un cochinero.
Se registraron casillas y boletas alteradas a
favor de Jesús Ortega en todo el país, apoyado por los gobernadores priístas
(entre ellos Fidel Herrera y el mismo Ulises Ruiz). La elección la ganó
Encinas, sin embargo, la decisión quedó en manos del Trife, decidiendo a favor
de Jesús Ortega.
El día de hoy, como resultado hay un PRD infiltrado donde a partir de la
decisión del Tribunal, ese grupo que lidera Jesús Ortega, Nueva Izquierda mejor
conocido como “los Chuchos”, se ha encargado de desaparecer al PRD en muchos
lugares del país administrando las migajas, sin intenciones claras de triunfo,
de ganar espacios, gubernaturas, presidencias municipales; no, eso no,
prefieren administrar los pocos votos que logren para colocarse en regidurías y
ocupar espacios por “acuerdo” con los gobiernos priístas y panistas.
Los Chuchos no sólo no coinciden con AMLO, sino que son afines al PRI,
reconocieron a Calderón en cuanto pudieron y han boicoteado todos los procesos
electivos que el Sol Azteca ha tenido.
Y no es para menos, el Trife al validar la
elección y darle el triunfo a los Chuchos, cedió los órganos de control de este
partido a la estructura de Jesús Ortega, permitiendo que pudieran manipular
tanto los recursos como las posiciones políticas, impulsaron las alianzas con
el PAN e incluso con el PRI, que es con quienes mejor coinciden, distanciándose
de los movimientos sociales legítimos.
El día de hoy, esa misma estructura mafiosa
encarnada en los Chuchos ha servido para que se apoderen de la mitad de los
espacios plurinominales rumbo al Congreso de la Unión. Es decir, en lugar de
pelear los espacios en los que el voto ciudadano será decisivo, prefieren no
hacer campaña a través del “agandalle” que
los ha caracterizado siempre.
Es el lastre con el que tiene que cargar la
izquierda, se podría decir que es el costo de la democracia, sin embargo, es en
realidad el costo de la imposición,
de la incongruencia en la que un tribunal define la vida interna de los
partidos políticos y cohíbe la voluntad de la gente a participar libre,
democráticamente.
Referencias:
Imposición de Calderón: http://www.eluniversal.com.mx/notas/373240.html
Imposición de Jesús Ortega: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/393379.da-tribunal-triunfo-a-jesus-ortega-en-el-prd.html
Imposición de Fidel Herrera,
Jorge Hank Rhon y Ulises Ruiz: http://www.terra.com.mx/noticias/articulo/147672/Gana+PRI+Oaxaca+Veracruz+y+Tijuana.htm
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