martes, 11 de junio de 2013

Hartazgo social

Bastantes veces he platicado con compañeros de trabajo, amigos, familia, estudiantes de escuelas públicas y privadas, gente de partidos políticos y funcionarios públicos. Algunas veces también he abordado el tema con quienes se dedican a la iniciativa privada, algunos empresarios, y una vez que llegamos a la conclusión de que ninguna institución en el país funciona, preguntamos, y entonces, ¿qué debemos hacer?

¿Acaso debo dejar mi trabajo? ¿a qué me dedicaría si no es dentro de alguna institución (llámese como se llame)? ¿Acaso debo volverme hippie y vivir el día a día y ya? y es que a mi me genera angustia pensar en salirme de mi zona de confort de clase media (con acceso a la tecnología y a uno que otro concierto y uno que otro viajecillo). ¿Qué debemos hacer?

Ninguna institución en nuestro país funciona porque terminan acomodándose a los intereses de una élite que no se interesa realmente en los objetivos iniciales de dichas instituciones, como los partidos políticos a los que ya no les interesa la voluntad popular, sino el acomodo de intereses; o la procuración de justicia cuya eficacia depende del nivel político- económico del agraviado o agravante; o la iglesia, cuyos líderes eclesiásticos terminan acordando con autoridades corruptas la salvación de sus almas; o la Cruzada contra el hambre, que es evidente para todos que forma parte de la simulación política del sexenio; o los medios de comunicación y la enajenante vida de telenovela desvalorizante difundida y sumergida en el subconciente de millones de mexicanos que no se pierden la novela del canal de las estrellas o el estelar de futbol los domingos.

Al final, los mexicanos no somos más que una bola de enajenados, víctimas de las estrategias del marketing para el consumo de todo lo que esté en oferta o de moda. Ahí estamos, consumiendo y consumiendo basura: televisión satelital o por cable que nos da la sensación de ser cool por no ver televisa (JÁ), planes telefónicos de los que nos quejamos todos los días, películas de poca o nula calidad, conciertos que resultan ser un robo por la ecuación precio+calidad+tiempo, y todos alcoholizados los fines de semana.

Y nos caracterizamos porque no confiamos, no creemos, ni nos involucramos en casi nada con sus excepciones y de manera superficial.

Y la pregunta continua, si para nosotros, para esta generación, nada de lo establecido funciona como creemos que debiera funcionar, ¿qué debemos hacer? dejar nuestros trabajos en la institución que estemos o salirnos del partido político o renunciar a esa empresa jodida que nos trata como esclavos, dejar de consumir productos de las grandes corporaciones, organizar más marchas antipeña, bloquear Televisa Chapultepec, ¿cuál es la alternativa? porque nada de lo anterior resuelve gran cosa.

También hay los que no tienen nada qué perder y por eso los vemos más arriesgados, más enojados, sin miedo y con ganas de que se venga todo esto abajo y empezar de nuevo, y luego, los de la clase media, los vemos de reojo y criticamos y desde la ignorancia censuramos, descalificamos, repetimos la pifia de algún conductor de televisión, "analistas".

No sé a dónde quiero llegar con este texto, hace rato ya que siento enojo y frustración, veo desfilar a los políticos rateros impunemente, a los líderes sindicales corruptos, a los empresarios cínicos, a los gobernantes sinvergüenza dando la mano y saliendo en televisión, a los curas pervertidos, a los medios de comunicación manipulando, a la policía mafiosa e incluso al ciudadano corrompiendo autoridades.

Con lo anterior, caigo en la cuenta de que es este sistema económico-político que nos tiene atados, enajenados, rotos, desalmados: En las escuelas públicas se reproducen esclavos (y no por los sindicatos, no hay que ser estúpidos) porque los planes de estudio se orientan a la reproducción de esclavos (se les enseña lo necesario para desempeñarse en el campo laboral con salarios mínimos) lejos de formar ciudadanos pensantes y responsables, capaces de crear y construir un mejor entorno para todos; en las instituciones públicas te enseñan a tolerar la corrupción, a consecuentar al jefe y las decisiones sin sentido que tomen las autoridades, en la iniciativa privada te enseñan que no vales nada, que es mejor estar callado y no protestar porque si no te corren y ya ven cómo están las cosas afuera.

Y en el campo, en los pueblos, las pequeñas demarcaciones urbanas, la violencia se hace presente: Productores amagados por el crimen organizado mientras las fuerzas públicas detienen el avance de jóvenes protestantes o maestros que deciden no someterse y luchar organizadamente; la organización de policías comunitarias ante el abandono y la indiferencia gubernamental, el robo, el acoso, el miedo, la opresión, la venganza, el terror de estado.

Mientras, mediáticamente nos entretenemos en las redes sociales con el "Candigato Morris", la aparente venganza de la clase media contra los exhibidos "gentelmans" y "ladies", la novela de amor de varios políticos con estrellas de Televisa, etcétera (coloque aquí la noticia del momento).

La mayoría no puede ignorar las próximas elecciones en 14 estados de la república, sin embargo a pocos les importa y pocos serán los que voten, movidos todos por sus respectivas estructuras partidarias, con despensa previa y agasajo posterior (si ganan), la reproducción de lo mismo.

Somos un país con los valores rotos, una sociedad cansada, harta, fastidiada de tener que reproducir lo que vemos porque no nos queda de otra. Preferimos dar la mordida al poli a tener que enfrentar la consecuencia de nuestros actos, no respetamos la ley porque nadie lo hace.

Nos queda la reflexión, la insistencia en reconstruirnos con nuevos valores, fortaleciendo una nueva moral que nos vuelva una sociedad más compasiva hacia nuestro prójimo y más firme y dura contra la corrupción y el cinismo; una sociedad más derecha y menos tramposa; más amorosa y menos desconfiada.

lunes, 21 de enero de 2013

comunicado del sub Marcos


‎"Eso de derecha e izquierda, son sólo referentes para que el chofer estacione el auto"...


ELLOS Y NOSOTROS.
I.- Las (sin) razones de arriba.
Enero del 2013.
Hablan los de arriba:
“Nosotros somos los que mandamos. Somos más poderosos, aunque seamos menos. No nos importa lo que digas-escuches-pienses-hagas, siempre y cuando estés mudo, sordo, inmóvil.
Podemos imponer como gobierno a gente medianamente inteligente (aunque ya es muy difícil de encontrar en la clase política), pero elegimos a uno que ni siquiera puede simular que sabe de qué va el asunto.
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
Podemos usar al aparato policíaco y militar para perseguir y encarcelar a verdaderos delincuentes, pero esos criminales son parte vital nuestra. En cambio elegimos perseguirte, golpearte, detenerte, torturarte, encarcelarte, asesinarte.
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
¿Inocente o culpable? ¿Y a quién le importa si eres uno o lo otro? La justicia es una puta más en nuestra libreta de direcciones y, créenos, no es la más cara.
Y aunque cumplas al pie de la letra con el molde que imponemos, aunque no hagas nada, aunque seas inocente, te aplastaremos.
Y si insistes en preguntar por qué lo hacemos, te respondemos: porque podemos hacerlo.
Eso es tener el Poder. Se habla mucho de dinero, riquezas, y esas cosas. Pero créenos que lo que excita es este sentimiento de poder decidir sobre la vida, la libertad y los bienes de cualquiera. No, el poder no es el dinero, es lo que puedes tener con él. El Poder no es sólo ejercerlo impunemente, también y sobre todo, hacerlo irracionalmente. Porque tener el Poder es hacer y deshacer sin tener más razón que la posesión del Poder.
Y no importa quién aparezca al frente, ocultándonos. Eso de derecha e izquierda, son sólo referentes para que el chofer estacione el auto. La máquina funciona por sí sola. Ni siquiera tenemos que ordenar que castiguen la insolencia de desafiarnos. Gobiernos grandes, medianos y pequeños, de todo el espectro político, además de intelectuales, artistas, periodistas, políticos, jerarcas religiosos, se disputan el privilegio de agradarnos.
Así que jódete, chíngate, púdrete, muérete, desilusiónate, ríndete.
Para el resto del mundo no existes, eres nadie.
Sí, hemos sembrado el odio, el cinismo, el rencor, la desesperanza, elvalemadrismo teórico y práctico, el conformismo del “mal menor”, el miedo hecho resignación.
Y, sin embargo, tememos que eso se transforme en rabia organizada, rebelde, sin precio.
Porque el caos que imponemos lo controlamos, lo administramos, lo dosificamos, lo alimentamos. Nuestras “fuerzas del orden” son nuestras fuerzas para imponer nuestro caos.
Pero el kaos que viene de abajo…
Ah, ése… ni siquiera entendemos qué dicen, quiénes son, cuánto cuestan.
Y luego son tan groseros de ya no mendigar, esperar, pedir, suplicar, sino ejercer su libertad. ¡Habrase visto tamaña obscenidad!
Eso es el verdadero peligro. Gente que mira para otro lado, que se sale del molde, o lo rompe, o lo ignora.
¿Sabes que nos ha dado muy buen resultado? Ese mito de la unidad a toda costa. Entenderse sólo con el jefe, dirigente, líder, caudillo, o como se llame. Controlar, administrar, contener, comprar a un@ es más fácil que a muchos. Sí, y más barato. Eso y las rebeldías individuales. Son tan conmovedoramente inútiles.
En cambio, lo que sí es un peligro, un caos verdadero, es que cada quien se haga colectivo, grupo, banda, raza, organización, y en su lado aprenda a decir “no” y a decir “sí”, y que se pongan de acuerdo entre ellos. Porque el “no” apunta a quienes mandamos. Y el “sí”… uf… eso sí es una calamidad, imagínate que cada quién construya su propio destino, y decidan qué ser y hacer. Sería tanto como señalar que nosotros somos los prescindibles, los que sobramos, los que estorbamos, los que no somos necesarios, los que debemos ser encarcelados, los que debemos desaparecer.
Sí, una pesadilla. Sí, claro, sólo que ahora para nosotros. ¿Te imaginas de qué mal gusto sería ese mundo? Lleno de indios, de negros, de cafés, de amarillos, de rojos, de rastas, de tatuajes, de piercings, de estoperoles, de punks, de darket@s, de chol@s, de skater@s, de esa bandera de la “A” tan sin nación para comprarla, de jóvenes, de mujeres, de put@s, de niñ@s, de ancianos, de pachucos, de choferes, de campesinos, de obreros, de nacos, de proles, de pobres, de anónimos, de… de otr@s. Sin un espacio privilegiado para nosotros, “the beautiful people“… la “gente bien” para que nos entiendas…. porque se ve a la legua que tú no estudiaste en Harvard.
Sí, ese día sería noche para nosotros… Sí, todo reventaría. ¿Que qué haríamos?
Mmh… no habíamos pensado en eso. Pensamos, planeamos y ejecutamos qué hacer para impedir que ocurra, pero… no, no se nos había ocurrido.
Bueno, en el dado caso, pues… mmh… no sé… puede ser que buscaríamos culpables y luego, pues buscar, no sé, un plan “B”. Claro que para entonces todo sería inútil. Creo que entonces recordaríamos la frase de ese maldito judío rojo… no, Marx no… Einstein, Albert Einstein. Me parece que fue él quien dijo: “La teoría es cuando se sabe todo y nada funciona. La práctica es cuando todo funciona y nadie sabe por qué. En este caso hemos combinado la teoría y la práctica: nada funciona… y nadie sabe por qué.”
No, tienes razón, ni siquiera alcanzaríamos a sonreír. El sentido del humor siempre ha sido un patrimonio no expropiable. ¿No es una pena?
Sí, a no dudarlo: son tiempos de crisis.
Oye, ¿y no vas a tomar fotos? Digo, para arreglarnos un poco y ponernos algo más decente. Nah, ese modelito ya lo usamos en “Hola”… ah, pero qué te contamos, se ve claro que tú no has pasado del “libro vaquero”.
Ah, no podemos esperar a contarle a nuestr@s amig@s que nos vino a entrevistar uno tan… tan… tan… otro. Les va a encantar. Y, bueno, a nosotr@s nos va a dar un aire tan cosmopolita…
No, claro que no te tememos. En cuanto a esa profecía… bah, se trata sólo de supersticiones, tan… tan… tan autóctonas… Sí, tan de región 4… jajajaja… qué buen chiste, deja lo apuntamos para cuando veamos a l@s chic@s…
¿Qué?… ¿no es una profecía?…
Oh, es una promesa…
(…) (sonido de titutata-tatatatá, del esmartfon)

Bueno, ¿policía? Sí, para reportar que vino alguien a vernos. Sí, pensamos que era un periodista o algo así. Se veía tan… tan… tan otro, sí. No, no nos hizo nada. No, tampoco se llevó nada. Es que, ahora que salíamos al club para ver a nuestr@s amig@s, estamos viendo que han pintado algo en el portón de entrada al jardín. No, los guardias no se dieron cuenta de quién. ¡Claro que no!, los fantasmas no existen. Bueno, está pintado así con muchos colores… No, no vimos ningún bote de pintura cerca… Bueno, le decíamos que está pintado con muchos colores, así, muy colorido, muy naco, muy otro, nada qué ver con las galerías donde… ¿qué? No, no queremos que mande ninguna patrulla. Sí, ya sabemos. Pero hablamos para ver si pueden investigar qué quiere decir lo que está pintado. No sabemos si es una clave, o una lengua de ésas raras que hablan los proles. Sí, es una sola palabra, pero no sabemos por qué nos produce escalofríos. Dice:
¡MARICHIWEU!”
(continuará…)
Desde cualquier rincón, en cualquiera de los mundos.
SupMarcos.
Planeta Tierra.
Enero del 2013.

jueves, 6 de septiembre de 2012

viernes, 17 de agosto de 2012

Hacia dónde?

Después de la interesante y tensa situación posterior a la elección del primero de julio, del balance de las actuaciones de cada uno de los personajes, de la efervescencia juvenil por lograr una democracia plena; después de las denuncias del Movimiento de Regeneración Nacional con respecto a la utilización de dinero ilícito en la campaña de EPN y la compra masiva del voto; después de la confirmación de agencias internacionales de combate contra el narcotráfico sobre la vinculación narco- empresas- PRI; después de la desaparición de espacios públicos de Gabriel Quadri (como era de suponerse) y del mes de vacaciones de JVM en Europa; después de la designación de los coordinadores parlamentarios de cada uno de los partidos políticos y la definición en sus estructuras internas; después de que el gobierno federal mostrara su fidelidad al duopolio televisivo al retirar la banda de 2.5 Ghz. a MVS, tal como en su momento lo denunciara Carmen Aristegui al ser despedida (y luego reinstalada) de dicha empresa; después del golpe artero del Gobierno Federal para impedir la publicación de la Ley de Víctimas, contrario a lo prometido al Movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad, al que pertenece Javier Sicilia; después de más de 10 mega marchas en contra de la imposición presidencial, después de otros tantos cientos de muertos e incluso después de la medalla de oro de la selección mexicana sub 23, en los Juegos Olímpicos de Londres, bien cabe preguntarnos:

¿Hacia dónde vamos? ¿Qué va a pasar con EPN y la presidencia? ¿Qué actitud debemos asumir como ciudadanos, maestros, funcionarios, padres de familia, trabajadores, jóvenes, estudiantes, indígenas, frente a los retos que tenemos como sociedad?

Primero, ¿qué tenemos claro como sociedad?

  • Que las cosas no van a cambiar por sí solas porque a los que ostentan el poder no les interesa cambiarlas.
  • Que corremos el riesgo de un estado autoritario donde se limite el ejercicio de los derechos humanos, que por supuesto contemplan el derecho a la libertad, al libre tránsito, a la información, a ejercer la sexualidad, a decidir sobre nuestros cuerpos, además de los derechos básicos: alimentación, salud, techo, trabajo, entre otros.
  • Que los medios de comunicación seguirán las acciones que los ayuden a obtener mayor poder y control no sólo de sus audiencias, sino del Estado, tal como se ha evidenciado sobre todo a raíz de las campañas electorales (y tendrán más poder con el arribo de EPN al poder).
  • Que los partidos políticos seguirán adoptando decisiones pragmáticas que los ayuden a consolidarse como grupos de poder.
  • Que las instituciones del país todavía tienen enquistadas prácticas anquilosadas de favoritismos y de corrupción, en las que se ven envueltos quienes forman parte de ellas, les guste o no.


Ya que tenemos claras las cosas, podemos decir que el cambio está en la juventud, sin riesgo a equivocarnos.

Poco a poco, con tenacidad, la sociedad mexicana, los jóvenes de cada generación, han impulsado movimientos que han derivado en cambios que favorecen el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos; sin embargo, muchos de esos cambios son parciales y supeditados a las instituciones que tienen un origen oscuro, como el famoso cambio celebrado con bombo y platillo en el 2000 con el arribo de Fox y el PAN al poder. Un cambio que no significó, que no trascendió mas que en algunos que otros aspectos bastante cuestionables como la transparencia y el manejo de la información pública o la recaudación fiscal. 

Los cambios, las verdaderas transformaciones, no se dan jamás de manera tersa, generalmente hacen que se cimbren las bases caducas sobre las que se sostienen los sistemas políticos, económicos, sociales.

¿Qué tiene de diferente esta generación de jóvenes? 

Esta generación trae un discurso distinto: No comulga con la violencia de ningún tipo, es consiente de su entorno y le preocupa conservarlo, en su discurso figuran palabras como tolerancias, inclusión, equidad, transparencia, igualdad de oportunidades y transformación. Rechazan la manipulación, la simulación, la dependencia, y los discursos vacíos de los políticos que no han comprendido que la sociedad es capaz de transformarse a sí misma, alejándose de los discursos que se construyen desde el poder. Esta generación ya no está dispuesta a mantener viejas prácticas heredadas de la escuela priísta que nos gobernó casi 80 años, ni de permitir que otros, quienes controlan el sistema, les impongan modas de ningún tipo.

Las redes sociales pudieron haber estado ahí siempre, pero no iban a ser factores de cambio mientras no existiera la necesidad de transformar, con acciones, la vida política del país.

Es decir, los jóvenes, quienes fueron educados con un discurso renovado, con las redes sociales y los medios tecnológicos a su disposición tienen en sus manos la oportunidad de conducir el porvenir de México, no sólo en el terreno político, sino en cualquier escenario que pisen.

Un ejemplo. La selección mexicana que acaba de ganar, orgullosa, es una selección de menores de 23 años, su formación no fue en el barrio o en la escuela como las generaciones anteriores, sino que provienen de clubes con una formación de más de 10 años, por lo que su experiencia en torneos internacionales supera por mucho a otras generaciones de futbolistas. Esa generación campeona de jóvenes, ¿hasta dónde está dispuesta a seguir siendo parte del  "sistema"? ¿Hasta dónde los jóvenes futbolistas seguirán siendo partícipes de clubes corruptos, que únicamente lucran con sus capacidades y su futuro? ¿Hasta dónde los deportistas actuales mexicanos, están dispuestos a que, mediante su esfuerzo y el de sus equipos técnicos, otros, se hagan multimillonarios( léase cualquier federación mexicana)?

En el servicio público pasa lo mismo, ¿hasta dónde las nuevas generaciones que ingresan al servicio público, están dispuestas a vivir rodeadas de corrupción y prevendas? o los maestros normalistas recién egresados, ¿Hasta dónde están dispuestos a que se les sigan descontando cuotas sindicales que irán a parar a manos de Elba Esther Gordillo?

O los trabajadores de cualquier nivel de las empresas privadas, ¿hasta dónde los recién egresados que se comienzan a insertar en el mercado laboral, están dispuestos a trabajar para empresas que operan en la ilegalidad, sobornando funcionarios o lavando dinero?

No se trata de doctrinas filosóficas o económicas, no se trata de repetir discursos aprendidos y gastados, se trata de ser realistas, consientes y contribuir a la transformación de nuestra sociedad, de nuestras instituciones y gobierno.


lunes, 4 de junio de 2012

Perdone a su candidato


Juan Villoro

1 Jun. 12


(texto recuperado del periódico Reforma)


En México la ilusión supera con creces a la realidad. Sin embargo, en la campaña a la Presidencia la esperanza pasa apuros: hay cuatro alternativas pobres. Esto no quiere decir que la democracia esté perdida. Votar por el menos malo puede significar un cambio histórico. Aunque vayamos a las urnas con apatía, es posible que ese voto desmayado tenga una inaudita repercusión.

El movimiento "Yo soy 132" surgió como un tónico contra la inmovilidad. Las redes sociales son un avispero donde zumban las consignas anti-Peña Nieto. El PRI ya perdió en la realidad virtual. Habrá que ver cómo influye eso en el mundo donde los votantes salen de la casilla con el pulgar de color morado. En México, la conectividad a internet no llega al 30%, pero el impacto de las redes puede ser decisivo en una contienda cerrada.

"Yo soy 132" ha condenado los abusos de poder: la telecracia, el retorno del PRI, el sexenio sangriento de Calderón, la falta de alternativas ciudadanas. No se trata de un movimiento a favor de los partidos convencionales, pero acabará por favorecer a uno de ellos.

Todo indicaba que la contienda ocurriría en el reino de los zombis, donde las cosas ya ocurrieron y los fantasmas son reiterativos. La fractura social provocada por 12 años de panismo reclamaba un antídoto desesperado: el regreso del PRI. Después de 12 años sin brújula, el antihéroe parecía necesario para imponer orden. Un graffiti resumía la situación:
"Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos".

México era el país de lo Ya Sucedido cuando el movimiento "Yo soy 132" mostró que las sorpresas son posibles. El jueves 31 de mayo amanecimos con las siguientes preferencias electorales, según la encuesta de Reforma: 38% para Peña Nieto y 34% para López Obrador (con 23% de indecisos y Vázquez Mota en picada). En mi opinión, lo más significativo de este reajuste es que no depende de las actitudes de los candidatos sino de la progresiva conciencia crítica de la sociedad civil.

En un país políticamente deficiente, no se vota para celebrar al menos malo sino para perdonarlo. "¿Qué defectos sobrellevas mejor?", ésta es la pregunta del momento.

¿Es posible que Peña Nieto reciba absolución? Durante 71 años su partido gobernó con impunidad, retrasó el acceso a la democracia, unificó sus cambiantes ideologías bajo el sello del cinismo y creó una mafia intocable, la Gran Familia Revolucionaria. El PRI de Peña Nieto es el de Mario Marín, Ulises Ruiz, Tomás Yarrington, Humberto Moreira y Arturo Montiel. Para perdonar los delitos de esta alineación de pillos, la desmemoria se debe medir en el índice Alzheimer.

Josefina Vázquez Mota amparó su campaña en un esquizoide lema de emergencia: "Diferente". En un país con más de 60 mil muertos y El Chapo Guzmán en la lista de Forbes, no podía respaldar la lucha que Calderón inició sin otro consenso que su capricho. Sin embargo, ¿qué tan distinta puede ser alguien que formó parte de la administración actual y utiliza la idea de diferencia para decir que es una mujer "con muchos pantalones"? Josefina promete romper con Elba Esther Gordillo. ¿Por qué no lo hizo cuando fue secretaria de Educación? Como algunos programas de televisión, la candidata tiene "fallas de origen". En este caso, el voto del perdón tendría que incluir al mandatario que fue a una guerra que sembró 60 mil cadáveres.

Gabriel Quadri se presenta como el más informado de los candidatos, pero cualquier persona informada sabe que es un títere de Elba Esther Gordillo. ¿Se puede perdonar al elocuente ventrílocuo de una lideresa que aspira a que lo atrabiliario sea eterno?

López Obrador no ha dejado de tener seguidores fieles. Sin embargo, el repunte de los últimos días hace pensar más en un voto antisistema, animado por la atractiva efervescencia de "Yo soy 132", que en la repentina aceptación de lo que el político tabasqueño representa desde hace más de una década. Ajeno a la autocrítica, no ha revisado sus errores. Incumplió su promesa de presentarse a los debates en 2006, desperdició posibles alianzas con otros sectores, organizó un plantón "preventivo" (antes de que el Trife fallara respecto a la contienda), aceptó la "presidencia legítima" por voto a mano alzada sin tomar en cuenta a la mayoría de sus electores. Entre ser estadista o militante, ha preferido lo segundo. Cuando quiso moderarse, propuso la inverosímil "república del amor". Con todo, es más fácil perdonar estos defectos que los de los demás candidatos. Además, López Obrador tuvo una gestión satisfactoria en el Distrito Federal y ha presentado un gabinete plural y competente. Si el PRD gana, Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard podrían encabezar la construcción de una socialdemocracia moderna.

En 2012 comienza la elección de 2018, el deseable porvenir en el que el voto dependerá de la preferencia y no del perdón a un candidato.

lunes, 28 de mayo de 2012

"GIMME THE POWER"


Este fin de semana (a las 2 de la mañana del domingo 27 de mayo) grabé un programa de CNN que se llama “Lo mejor de Aristegui”, pero no lo pude ver en ese momento.

Acabo de verlo y es una entrevista que le hace Carmen a Olallo Rubio, quien estrenará este 1º de junio, una película sobre el grupo “Molotov” y la historia reciente de México, concretamente, luego de aquel famoso concierto de rock que se celebró el sábado 11 y 12 de septiembre de 1971 en Avándaro y que, al decir de los conocedores del tema, se convirtió en un parteaguas en la historia del rock en México. Esa noche varios grupos conocidos se presentaron en ese festival al aire libre con una audiencia de mas de 250,000 personas. Posteriormente el Festival Rock y Ruedas de Avándaro fue coloquialmente conocido como el "Woodstock mexicano".
 
Y aunque ahora es muy común escuchar rock en cualquier lugar del país, al inicio del movimiento rockanrolero primero y rockero después, era una odisea cuando se asistía a un lugar para simplemente escuchar música de jóvenes, interpretada por jóvenes, para jóvenes.
 
Es más, según dice Olallo, el miedo que les dio a los Jacobos, a los Azcárragas y demás luego de Avándaro, fue lo que propició ese agujero negro en el rock mexicano desde el 71 hasta los los 90’s. Se paniquearon con aquello del rock, las drogas, la violencia, pero sobre todo, LA LIBERTAD de expresión de los jóvenes.

Vean la entrevista, vale la pena, les va a gustar:



viernes, 27 de abril de 2012

La urgencia me gana

27-04-2012

Soy una persona de fe, sé que se puede y quiero transmitirlo. 

No tengo 80 años, ni 60, tengo 32 y me tocó ver, en la década de los 90's, el levantamiento armado en Chiapas en el 94, la guerrilla en Guerrero, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la imposición de Ernesto Zedillo, la devaluación del peso, el rescate bancario llamado "Fobaproa" considerado como el fraude más grande hecho a las familias mexicanas, la privatización de Teléfonos de México, de Ferrocarriles, la firma del TLC, el asesinado de Posadas Ocampo, el "Chupacabras" invento más burdo de nuestra historia, el crecimiento y asentamiento de las mafias políticas vinculadas al narcotráfico, la matanza en Acteal, Chiapas. Eso en los noventas.

En el 2000 también me tocó ver la utilización del voto útil que sirvió únicamente para mantener el sistema corroído de 70 años de un mismo proyecto político y económico. Fox desperdició la actitud positiva de los mexicanos, la esperanza del cambio decepcionó dejándonos con un presidente cuestionado por su salud mental y la familia Bribiesca enriquecida a costa del pueblo. La guerra sucia antes y después de la elección fraudulenta del 2006. Un presidente cuestionado por su alcoholismo y dos secretarios de gobernación muertos en accidentes aéreos, y más de 60 mil muertos a lo largo y ancho del país.

Ahora, otra vez nos toca decidir qué camino seguir a través de las urnas el próximo primero de julio. La intelectualidad del país ya tomó parte: economistas, sociólogos, maestros, escritores, pintores, cantantes, actrices, campesinos, profesionistas y empresarios de todo tipo han abierto los ojos y se han pronunciado ya por el proyecto de su preferencia.

Sin embargo hay otros a los que su mezquindad no les permite ver. El movimiento de indignados en España, por ejemplo, llamó al voto nulo y la consecuencia fue el regreso de la ultraderecha representada a través de Mariano Rajoy y el Partido Popular.

La derecha tiene un voto duro, consistente, siempre votan y, por lo tanto, son los principales favorecidos con el abstencionismo o el voto nulo.

Cuando la gente vota masivamente, se dan las grandes transformaciones en el mundo, en los países democráticos se propicia el cambio, la transformación hacia el bien común. Eso está comprobado.

Qué incongruente es no votar y dejar en manos de los poderosos el rumbo del país, qué fácil es hacerse el desentendido. Tiene que quedarnos claro que la elección presidencial no es un partido de futbol en el que, aunque reconozcamos que nuestro equipo es chafa, nos aferramos a él. No es lo mismo. La elección presidencial tampoco es un programa de concursos de Televisa, está en juego el destino de todos, incluida nuestra vida privada, nuestro entorno, nuestras familias, nuestros trabajos. Votar para elegir al próximo presidente tiene que ser trascendental en nuestro momento histórico.

Es momento de decidir. No podemos esperar más.

Si quieres el voto informado:

www.elgiromx.org
www.elmenospeor.com
http://youtu.be/t2tfx83yi70




** Atención!! a quienes les interesa darle continuidad a la vida política del país, acabo de encontrar una buena opción: en la página de reforma (http://www.reforma.com/) en la portada, sin necesidad de tener una cuenta, te puedes dar de alta para calificar semanalmente a los candidatos, es una buena opción para tener un dato cercano que no sea la televisión. Ojalá puedan registrarse!!!